La gran originalidad de las cartas de Mme. de Sévigné a su hija [...] consiste en el empleo, fuera de una relación amorosa, de un vocabulario y de un estilo que una tradición de cincuenta años había reservado, en el terreno epistolar, a la lírica amorosa. Esta originalidad se explica: la marquesa no disponía de ningún otro lenguaje para expresar el dolor de la ausencia.
Bernard Bray(en L'art de la lettre amoureuse: des manuels aux romans)
Cartas a la hija [219/221] (Madame de Sévigné, 2007, El Aleph)
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